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Marihuana, ¡Si no pasa nada!

Marihuana, ¡Si no pasa nada!

Hacia la década de los 70 la mirada de América Latina sobre  la marihuana era de delincuencia, por lo que los consumidores eran asociados inmediatamente a “los delincuentes”, “jóvenes delincuentes drogadictos”, “mariguaneros” (con entonación despectiva), entre otros.

En la contemporaneidad la idea de “miraihuana=delincuencia” ha tenido un retoque y se ha alejado el parámetro de asociación entre sí, incluso ya hay países, como Chile y Uruguay, que han legalizado el uso medicinal y apuntan  a la creación y desarrollo de políticas internas en las que se decrete la libertad de uso recreacional.

Nuestro país, en este aspecto de apertura, se ha transformado en la región de más alto consumo y con más apoyo al consumo medicinal. A esto se le suma que en cuanto a la percepción del riesgo del uso de la marihuana, Chile presenta el porcentaje más bajo, es decir, ¡si fumamos no pasa nada!

Estos datos fueron entregados por el Observatorio de Drogas y Opinión Pública de la Universidad Andrés Bello de Chile y la Universidad de Londres, los que pertenecen a un análisis de una encuesta anual que fue realizada el año 2014. El estudio se llamaba “Attitudes towards drug policies in Latin America: Results from a Latin-American Survey, que se publicó en el International Journal of Drug Policy”.

El ex director del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda) Mariano Montenegro, hoy consultor internacional de la OEA señala  que “la marihuana en sí misma es de enorme riesgo, y como sustancia adictiva, es difícil de controlar. Por eso es preocupante, la baja percepción de riesgo que muestra la encuesta de la U. Andrés Bello y la U. de Londres, en Inglaterra”.

Andrés Mendiburo, sociólogo e investigador de la U. Andrés Bello y miembro del estudio, explicó que la investigación reflejó una marcada correlación entre el apoyo a la legalización del cannabis y las puntuaciones en los Índices de Desarrollo Humano (IDH).

Las áreas de expectativas de vida, salud, acceso a educación y nivel digno de vida, es lo que el IDH considera  como datos importante a considerar en cuanto al desarrollo humano. Chile tiene un IDH de 0,832 (en una escala de cero a uno), y es parte de los países con alto nivelde  desarrollo humano (valores sobre 0,800), y se ubica en el puesto 42 de la clasificación mundial.

El estudio plantea que el pensamiento que se imponen en la actualidad dentro de la sociedad es  que el cannabis no es malo, así lo indica Mendiburo “El estudio indica que la gente dice que es buena, pero no quiere decir que sea buena”.

Un pensamiento que fundamenta esta percepción “No negativa de la marihuana”, según comenta Octavio Avendaño, sociólogo y académico de la U. de Chile, es  porque la marihuana no está vinculada a redes de narcotráfico, escenario recurrente en otros países de la región. Además de que se ha producido una apertura en la cosmovisión de este tema en los sectores más liberales, sin desconocer al sector opositor de la liberación y despenalización del cannabis.

En este estudio se abrió el punto sobre las malas campañas de salud pública, donde los índices de tabaquismo bajaron, sin embargo el alcohol y el resto de las drogas subieron. “Existe la percepción de que la marihuana no hace nada” comenta Juan Carlos Oyanedel, sociólogo e investigador de la U. Andrés Bello.

Sobre este mismo punto, Mariano Montenegro lo explica relacionando el hecho con el debilitamiento de los programas de prevención en las comunas (Senda Previene en los municipios) efectuados en el gobierno anterior.

“Había que evaluar los programas en los colegios y decidieron sacar los programa para evaluar, y quedó el sistema educativo sin programas de prevención por un largo periodo. Eso sólo se subsanó el año pasado, cuando se instaló el programa preventivo en 8.700 establecimientos educacionales desde pre-escolar hasta cuarto medio”, añade Montenegro.

La verdad es que efectivamente sí estamos situados dentro de “los más liberales” en cuanto a consumo de marihuana y la aceptación social. Pero hay que destacar que los movimientos que apoyan el consumo medicinal y que trabajan para que se despenalice el consumo recreativo, siempre han apuntado a la información, educación y a la autorregulación del consumidor, apelando al desarrollo evolutivo consiente del hombre, que en este caso, tiene relación con la marihuana y su uso o abuso.

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